Apretadas a mi sangre como se aprietan los niños a sus lágrimas,
nubes de cuerpos donde nunca ahogué mis manos
siempre allí
en el espacio verde de las camas donde no quedé dormido con los ojos cansados.
se acumula camino pero no termina la guerra en las casas vacías de mi memoria
hay víctimas por el suelo que nunca tuvieron nombre
ni piel
pero a mí me duele su marea de carcoma
para mi esqueleto de madera.
España
Un
país apretado entre los cables mojados del expolio
una
casa sucia más allá de los turistas,
el
gris de la resaca de vino barato,
la
soledad de las mujeres multiplicada en las cocinas.
Yo
no soy futbolista
no
soy emprendedor ni entiendo vuestro idioma de luces y maquillaje
intento
el lenguaje a ciegas de la carne pero en España un poeta sirve para
calzar una mesa
para
decorar una casa
o
para hacer agujeros en el hígado de la noche.
Que
alguien me diga dónde
en
qué esquina podré hacer espirales con las vocales
cuántos
escalones hacen falta para partirme la columna
cuántos
amigos perderé por el camino
y
cuántos metros le quedan a este cable de esperanza
que
me corta las manos.
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